lunes, 8 de febrero de 2016

LO QUE VI - Ensayo



LO QUE VI, ESO LES CUENTO


Juan mismo, en su evangelio, cuando lo está terminando, escribe: “hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuáles no están escritas en este libro”.

Yo me lo imaginaba a Juan hablando en las iglesias, viajando, predicando, teniendo su machete, su evangelio, o no, pero cuando se paraba a hablar con la iglesia de ese lugar, el comenzaba a soltar cosas, cosas que no estaban escritas. Lo dice en su evangelio: “Jesús hizo muchas otras cosas, las cuales no están escritas”

Y en el verso 25 del Cáp. que le sigue, dice: “hay también otras muchas cosas que Jesús hizo, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir”

¿Qué decía Juan?
Muchachos hay más. No es solo esto. Esto es algo. Esto es lo que escribimos. Y esto que hemos escrito, o el evangelio que escribí, diría Juan, o la carta, que escribí, la he escrito para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre.

Hay más. No es solamente lo que esta escrito, hay más.

¿Por qué la gente, o tal vez personas allegadas a su familia, conocidos del trabajo, van a una curandera? ¿Por qué recurren a un parapsicólogo o a una bruja?
¿Porqué la gente busca ayuda en lo que no es Dios? ¿Por qué?

Juan se para frente a la iglesia y les dice: muchachos, hay más. No es solamente esto. Yo vi, yo viví, yo toqué. Hay más, y eso es lo que les quiero contar.

Una respuesta que tengo a estas preguntas es: que los que nos rodean no saben que hay un Dios. No saben que hay un Dios poderoso. Y que muchas iglesias y congregaciones no saben quien es su Dios en toda su potencia. En un modo lo conocen, por eso se llaman cristianos, ¿pero recuerdan a Job?

La historio de Job os dice que era un tipazo, una excelente persona. De su época, lo mejor. Le paso lo que le paso, y todo lo escrito en el libro de Job, porque era buen tipo. No había nada en contra de el. Pero al final de todo lo que paso, en el cap 42:5 dice Job hablándole a Dios: “de oídas te conocía”. Otra traducción dice: “lo que se lo sé porque lo había escuchado”

Muchos cristianos viven hoy conociendo a un Dios del cual han escuchado, del cual han leído. Igual que Job. Y muchos de esos cristianos son excelentes personas, excelentes hombres, excelentes mujeres, excelentes madres, excelentes padres, excelentes hijos. Insertados en la sociedad. Bellísimas personas conforme a lo que Dios dice. Pero están en la misma, están como Job. De oídas. Yo te adoraba, te servia, te respondía en base a todo lo que me habían dicho. Pero ahora mis ojos te ven. Ahora lo sé por experiencia.
Eso marca un antes y un después en la vida de un cristiano.
Lo que yo vi, lo que yo oí, lo que yo toque respecto a quien es mi Dios, es lo que les quiero contar.
Entonces hoy, mi charla será contar mi experiencia con Dios, mi testimonio resumido a un área muy especifica. ¿Por qué? Porque hay más. Hay más de lo que ustedes saben. Hay más de lo que ustedes oyeron.

David en el salmo 136 dice: alabad a Jehová porque es el único que hace maravillas.
Y mi experiencia con Dios y sus maravillas, es lo que quiero comentarles en primer lugar.

Era niño cuando asistí a una campaña evangelistica en Rosario. El predicador era Morris Cerullo. Las reuniones que se realizaban eran muy grandes. El estadio se llenaba por completo. Y el escenario estaba en un arco. Recuerdo que estaba con chicos de mi edad, jugando y haciendo lo que todo niño de 8 o 10 años hace cuando se juntan en grupo, y la reunión va para largo.

En un momento, el pastor comienza a orar a Dios por sanidad de las personas que habían pasado para eso. Luego de la oración, una señora se acerca a los colaboradores, habla con ellos, y la hacen subir a la plataforma. Esa señora tenia un niño de aproximadamente dos años en brazos. El niño era ciego. La madre desesperada, llorando, subió para pedir oración. Lo recuerdo al pastor Cerullo orando y antes de que termine su oración, recuerdo al chiquitín queriendo agarrar el micrófono. Ese niño recibió la vista.
Ese el es poder del Dios que yo vi.
Tenía alrededor de 18 años, y fuimos a un campamento a un pueblo llamado Arroyo del Medio, a un lugar de retiros de Evangelismo de Cosecha. El predicador era Peter Warner.
En una tarde, comenzó a hablar y de repente se frena, llama a una de las chicas de mi iglesia. Esta chica tenia problemas de cadera. La hace sentar, recuerdo, en una silla, le indica que se ponga bien derecha, levanta las piernas del suelo en posición horizontal, y la pierna derecha era 4-5 cm más corta que la izquierda. Entonces Warner ora por esa chica. Yo me pare para ver. De repente, la pierna derecha comenzó a estirarse y a acercarse a la pierna izquierda, la sobrepaso un poco, y la izquierda la igualo de un tirón.
Yo lo vi.

En mi congregación, cuando era adolescente, éramos pocos. A causa de esto me toco en suerte la responsabilidad de dirigir las canciones de alabanza en el culto de los domingos. Y desde allí, no he cesado de estar en alguna actividad frente a la congregación.
Mi padre era pastor de un anexo cerca de casa, y yo estaba dirigiendo la alabanza acompañado de mi guitarra. Dentro del grupo, estaba una persona que padecía de asma crónico que le producía crisis respiratorias muy severas. Estábamos en medio de una reunión de alabanza hermosísima y esa señora fue sanada. El asma desapareció. Cuando termina la reunión la cuenta a mi mama que estaba bien, que respiraba bien, sin inconvenientes.
Fue evidente a todo ese grupo que en el momento que estábamos alabando y adorando a Dios, Dios la sano.
Hay más.

En ese mismo barrio, barrio Ludueña, en la ciudad de Rosario,  se hizo una campaña de evangelización. Y varios de los que estaban colaborando en la música y en la organización eran personas que vivían en ese barrio y se habían convertido a Cristo.
Oscar, el guitarrista era una persona que Dios había rescatado de las drogas, conocido por sus vecinos por sus grandes borracheras (antes de conocer a Jesús, valga la aclaración).
Era un excelente guitarrista.
Entonces, mientras Oscar estaba en la plataforma acompañando al que dirigía el canto, se acerca un tipo medio borracho, y comienza a gritarle. Se acoda en al plataforma y continua con sus epítetos contra él. Se conocían, habían sido compañeros de botella.  
Le decía con palabras arrastradas: eh, vos, que te crees, santito...
Oscar lo ignoraba, continuaba con la música. Pero el borracho seguía con sus gritos, y la gente que estaba alrededor, con un oído seguía al que dirigía, y con el otro no se perdía el espectáculo que se desarrollaba entre estos dos.
De repente, el borracho se sube a la plataforma, y se arrimo a Oscar y comenzó a insultarlo en voz alta. Le invitaba a pelear.
Mientras tanto, Oscar continuaba tocando la guitarra eléctrica blanca.
El borracho se indigna y levanta la mano para tirarle un trompadón. Cuando tiene la mano en alto comienza lentamente a caer de espaldas a la plataforma y ¡Plop! Queda de espaldas en el piso.
Entre dos lo bajan. Y cuando lo ponen en el césped, al borracho se le había pasado la borrachera, estaba totalmente lucido, manso, se quedo paradito escuchando toda la reunión, se escucho la predicación y acepto a Cristo como su Señor y salvador.
Dios protegió a Oscar.
En la ciudad de Pérez, cerca de Rosario, nuestra iglesia tiene un anexo. Y se decidió hacer una campaña de evangelización, de reuniones masivas. El pastor Hugo Cisero es quien estaba predicando. Al terminar la predicación del evangelio, comienza a orar por las necesidades de las personas y una señora levanta la mano, habla con los colaboradores, la hacen pasar a la plataforma, y cuenta que ella tiene un hijo pequeño de unos cuatro años, y cuenta que ese niño había nacido sin testículos. El día anterior ella había estado y habían oreado. Ella estaba entre la multitud de escuchas. Cuando llega a la casa se dio cuenta que el hijo tenia los testículos. Fue al medico y le mostró a su hijo que tenia los testículos. Además tenia todos los elementos probatorios para demostrar que antes, su hijo no los tenia. Todo el barrio conocía el problema de este niño, por lo que  esta mujer le comento a todos ellos que la noche anterior, Dios le había creado los testículos a su hijo.
Hay más. Hay mucho más de Dios que lo que ustedes hayan visto, oído o leído.

Con el grupo de jóvenes fuimos a una iglesia donde el pastor había comenzado a trabajar con chicos drogadictos. Y lo dirigía un joven que había salido hace poco de la cárcel por tenencia  y trafico de drogas, y allí había conocido a Cristo como salvador.
Fuimos con el grupo, y luego de terminar las actividades que teníamos programada, se me acerca un joven, muy drogado, voladazo, que quería hablar con migo. No articulaba bien las palabras, me costaba entenderle. Aparte, mi experiencia con este grupo de personas era totalmente nula, por lo que no tenia la menor idea de cómo tratarlo. Lo que si recuerdo es que ese muchacho quiso que oremos juntos. Nos vamos a un costado tranquilo y oro por el. Oro para que Dios lo sane, por su salvación, y el chico se va.
A la semana siguiente, el líder de esos jóvenes me comenta que ese muchacho por el cual habia orado no me quiso comentar lo sucedido, pero mientras estábamos orando, el efecto de la droga se le había ido. Y no solo eso, sino que me explicaba que se había inyectado hacia solo media hora. Se inyecto y se fue para la reunión. O sea, que el efecto de esa droga tenia que haber pasado varias horas después. No era normal lo que aconteció. Le asombro como,  luego de terminar la oración estaba completamente lucido.
Dios le saco la droga de la sangre.

En la iglesia que asistía cuando era adolescente, la Santa Cena se hacia una vez por año. Y la costumbre era juntarse de varias congregaciones a celebrarlas juntos. Como cada congregación la hacia también una vez al ano, resultaba que teníamos varias reuniones de santa cena al año, pero siempre en congregaciones distintas. La rutina de la celebración era que luego de que participaban todos los miembros, se juntaban en la plataforma todos los pastores que habían concurrido y los diáconos, y participaban ellos de la Santa Cena. Luego de tomar el pan y la copa, se arrodillaban en circulo y oraban a Dios, mientras toda la congregación también oraba.
Yo estaba parado mirando desde el fondo del salón lo que pasaba en la plataforma. Y veo que desde una ventana que estaba en lo alto de la plataforma baja un haz de luz que ilumina la cabeza de todos los pastores. La hora del día y el sol no coincidían para que entre luz por esa ventana. Lo cierto es que la cabeza y los cabellos de los pastores mientras oraban, resplandecía de un modo espectacular. Esa visión quedo grabada en mi retina.

Para Viviana, mi esposa, el tercer embarazo fue bastante complicado. Los últimos meses debió pasarlos en cama, en reposo absoluto. Ella, por causa de que vivamos en Rafaela y no teníamos familia allí, debió mudarse con mis dos hijos a Rosario, a casa de mis padres.
Un domingo llega invitado a almorzar un pastor que estaba realizando una serie de reuniones especiales en Rosario llamado Alberto Romay. Luego de comer comenzamos a hablar y decide orar por el embarazo de Viviana. Durante la oración siente como se reacomoda el bebe en su vientre, y desde ese momento, no tuvo mas problemas hasta el momento del parto.

Mi papa, durante muchos años fue taxista. La economía en casa estaba complicada, y aun los domingos, luego de la reunión, mi papa salía a trabajar por algunas horas para tener dinero para el combustible de la mañana y los gastos de ese día. Fue una noche mala, no recaudo casi nada, por lo que no pudo cargar combustible para el día lunes. El taxi que tenía era un Dodge Coronado de seis cilindros. Llego a casa mal, dejo un poco de dinero a mi mama para lo mínimo del lunes, y al acostarse le pide ayuda a Dios, que le concediese un viaje corto a los fines de recaudar algo para cagar combustible y así, de a poco ir trabajando.
Sale a la mañana, y en la esquina de casa toma un viaje, al dejar el pasajero, se dirige a una estación de servicios para cargar combustible con lo recaudado. Cuando el playero comienza a cargar, el automático de la manguera salta, no entra el combustible. Esta lleno, le dice el playero. Mi papa lo mira de reojo y le dice “no”. Intenta otra vez y lo mismo. El tanque esta lleno le repite el playero. Perdon, dijo mi papa y se fue manejando. Frena a los pocos metros y comprueba que en verdad, el tanque de combustible estaba lleno, a rebosar. Mi papa trabajo todo ese día sin cargar combustible, por lo que todo lo recaudado se utilizo para las necesidades de la familia, y aun parte del otro día.

Mi padre nació en un pueblo llamado El Colorado, en la provincia de Formosa, en el norte de Argentina. De familia ucraniana, a los doce años viajo a Buenos Aires para iniciar su carrera militar. En ese entonces la opción era, trabajar en la chacra o ingresar en el ejército. El trabajo de la chacra era escaso, por lo que no tuvo mejor opción que la segunda.
Entonces, desde su adolescencia, vivió lejos sus cosas y de su familia, ya que podía, por causa de su escaso dinero, visitarlas una vez al año, cuando tenia sus vacaciones.
En uno de esos viajes, siendo ya sub oficial del Ejército Argentino, se conoce con mi mamá.
Mi mama viene de familia cristiana evangélica, siendo mi abuelo materno un hermoso pastor de la ciudad de Rosario.
Resulta que se ponen de novio, mi mamá cristiana, mi papá nada que ver, y así transcurren los primeros dos años de noviazgo. Mientras tanto, mis abuelos maternos se la aguantaron. Y desde el día que les anunció su noviazgo con este militar, mis abuelos comenzaros a orar por mi papá. Todos los días, todas las noches.
Pasaron dos años de noviazgo viniendo mi papa a Rosario los fines de semana, pues en ese entonces estaba destinado en la ciudad de Paraná, Entre Ríos, y la acompañaba a las reuniones de domingo, pero hasta la puerta de la iglesia, allí se quedaba , y al finalizar la buscaba y daban una vuelta por el parque. Imaginen la rutina de los noviazgos en la década de 1950.
Por ese tiempo mi papa quería formalizar el matrimonio, y quiso definir la fecha del compromiso. Y mi mama le dijo que no. Mientras él no sea cristiano ella no formalizaría su matrimonio. Comienzan a discutir fuerte y en el fragor de la discusión saca la pistola reglamentaria y se la coloca en la cabeza, amenazándola de muerte. Si no te casas con migo, te mato, le dice.
Matame, le responde mi mamá, pero si vos no sos cristiano, yo no me caso.
Mi papa murió en el año 2005 en un choque múltiple en una autopista, yendo junto a otros pastores a una convención. Dios le había puesto un corazón pastoral bellísimo. Pero esto fue a causa de que mi mama, apoyada por sus padres en oración, tomo una decisión y se mantuvo firme, y Dios respondió a esas oraciones, nada más. Y Dios respondió en apoyo a una decisión.

Yo no tengo casa propia, sino que alquilo.
Estuvimos viviendo en muchas ciudades a causa de mi trabajo, y desde el año 1996 estamos en Villa María.
Un par de meses atrás mi hermana menor me dice que averigüe en el Banco Nación que daban unos prestamos para la compra de vivienda muy buenos. Averiguo y no es así, sino que los montos mensuales de la hipoteca son imposibles de pagar para mi. Esto me entristeció y me causo pesar.
Algunos días después, hablaba con un amigo cristiano y me dice que unas noches atrás el estaba orando por mi, y que Dios le dijo que no te preocupes por tu casa. Que no te aflijas.
El tema es que el no sabia nada de esto. Pero Dios sí había escuchado, Dios sí había oído mi corazón y mis pensamientos no le fueron ocultos. Entonces envió a otro a consolarme y a decirme que el lo sabe todo y que tiene cuidado de mi.
Lo que yo vi, lo que yo viví, lo que yo palpe, eso les estoy contando.

Mi esposa Viviana se hizo cargo de un curso bíblico para que los niños y adolescentes reciban, al concluirlo, una biblia de regalo.
En una de las clases donde desarrolla el tema de confiar en Dios, Viviana coloca al final un espacio para que los chicos escriban una petición especial a Dios. La pregunta era ¿Qué le pedirías a Dios?
La gran sorpresa fue que una niña escribe “quiero conocer a mi papá”. Cuando Viviana me lo cuenta, lo pongo en mi lista oración.
Esta niña termina el curso y Viviana le entrega su biblia como premio. Al finalizar la reunión, esta niña la llama y le dice: “sabe seño, conocí a mi papá”
Hay más de Dios.

Pero muchos más.
El salmista estaba en lo cierto cuando escribe el salmo 136, que en esa época no tendría ese número, pero lo conocemos asi. En el verso cuatro dice: solo Dios hace grandes maravillas.

Esta es mi experiencia con Dios relacionada con sus maravillas. 
Pero también tengo mi experiencia con Dos relacionada a sus dones y ministerios. En el libro de primera Corintios cap. 12 habla que Dios le ha dado a su cuerpo, a la iglesia, dones y ministerios, o habilidades según otras traducciones, con el propósito de ayudar, con el propósito de hacer crecer, con el propósito de perfeccionar, con el propósito de que la cosa funcione y que se sepa quien es Dios. Que se sepa que hay más.

Respecto a eso, yo hablo en lenguas. Cuando hablo con Dios, hablo con mi lengua y mi entendimiento, pero hay un momento en la oración que mi espíritu quiere expresarse, y allí doy paso al hablar en lenguas espirituales. Dios y mi espíritu se entienden.
Pocas veces lo hago en público. Lo hago cuando hay alguien que interprete lo que digo.
Soy adorador. Me defino como adorador. Desde los 13 años, que por obligación debí estar al frente de una congregación para llevarlas a adorar a Dios, que aprendí a depender del Espíritu Santo para adorarle y llevar a la iglesia hasta su trono en adoración. Y allí aprendí que ser un adorador y adorar es una cuestion de actitud, no de cantar canciones con ritmo lento o con palabras bonitas.
A mi me gusta derramarme delante de la presencia de Dios y llevar a la congregación a ese lugar, para contemplar juntos la grandeza de nuestro Señor.

Soy intercesor.
Intercesor es aquel que se pone delante de Dios a favor de otras personas. Y el testimonio de esta niña que conoció a su papa es resultado de una labor de intercesión.

Soy predicador. Estoy predicando.
Y cada vez que lo tengo que hacer, pregunto al pastor que me invita que tema quiere que desarrolle, pero si me dicen : el que vos quieras, el que Dios te indique, para mi significa una carga especial, porque lo que a mi me interesa es buscar a Dios y tener de él la palabra justa y adecuada para esa congregación en ese momento.  No me interesa tomar un libro y decir cualquier estudio bíblico, o buscar mis predicaciones y repetir alguna de ellas.
No me interesa eso. A mi me interesa conocer el corazón de Dios que los conoce a ustedes en este momento y que sabe que es lo que ustedes necesitan.
Por eso les digo: hay más.

Pedro tiene una visión de una sabana que baja del cielo llena de animales vivos, bastante asquerosos para él. Y Dios le enseña a traves de eso, que no tenia que hacer diferencia entre las personas.
¿Por qué paso esto? Porque había un señor de nombre Cornelio que amaba a Dios a pesar de ser soldado romano. Y tenia buen testimonio delante de todos los judíos que Vivian en su ciudad.
Dios le ordena a Cornelio, a través de una visión,  que lo mande a buscar a Pedro.
Cuando Pedro obedece y llega a la casa de Cornelio, dice en Hechos .... que Pedro comenzó a predicarles y a contarles de jesús.
Yo me figuraba a Cornelio escuchando esa palabra con avidez. Tragando y haciendo carne cada cosa que escuchaba y en su corazón diciendo: “Dios, yo quiero eso, lo quiero..” Y mientras Pedro aun hablaba, cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban como en Pentecostés.
Dios le arruino el sermón a Pedro, le corto la predicación.
Y los fieles que habían venido con Pedro se quedaron atónitos al ver que también sobre los gentiles se derramara el don del Espíritu Santo. Porque los oían hablar en lenguas y glorificaban a Dios.

Yo creo que Cornelio decía: quiero más. Lo escuchaba a Pedro y decía: yo lo quiero ..., eso quiero. Y Dios respondió a su oración.

Lo que yo vi, lo que viví, lo que oí, eso les estoy contando, para que sepan que hay más. Que hay más de Dios, que hay más de su Santo Espíritu, que hay más de su poder, que hay más de sus milagros, que hay más de sus maravillas. Que hay mucho más de lo que está escrito y mucho más de lo que les han dicho.

¿Cómo va a saber la gente de nuestra ciudad que existe Dios si ustedes no lo muestran?
¿Cómo va a saber la gente que necesita de Dios que hay un Dios que sana, si la gente no se sana?
¿Cómo se va a saber en nuestra ciudad que hay u Dios que hace maravillas si estas no se ven?

En el libro de primera Corintios 2:9 dice: “cosas que ojo no vio, no oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman”

Más de lo que está escrito, porque no se podría escribir.
Juan en su retórica o en una metáfora dice: no existiría lugar en el mundo para escribir todo lo que hizo Jesús.

Más de lo que se puedan imaginar, es lo que Dios tiene preparado para los que aman a Dios en este tiempo.

Hay más.


Elbio R. Lezchik

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